Una máquina de escribir muy buena.
Los jóvenes de hoy en día aprenden y son evaluados de la misma forma que se hacía cuando para realizar una llamada telefónica tenías que conectar dos cables de forma física. Toda la sociedad ha tenido grandes avances en comunicación, ciencia, derechos y libertades pero el formato de las aulas, la forma de evaluar y el sistema educativo sigue utilizando dos bueyes como tractor para sembrar conocimiento en los jóvenes.
El porcentaje de abandono o fracaso escolar aumenta cada vez más entre los jóvenes, que se frustran, se queman y encuentran el proceso de aprendizaje como forzado y nada interesante. ¿Por qué pasa esto? Estamos diciéndoles a los jóvenes de hoy en día que agachen la cabeza y memoricen el tema 3, porque sí, porque tienen examen la semana siguiente y porque “a mí también me tocó aprenderme los ríos de mi país”, ¡Qué buenas respuestas! En vez de aprovechar las ventajas que hay hoy en día para el aprendizaje de un modo interesante para el alumno pretendemos que las siguientes generaciones aprendan del mismo modo a como se hacía cuando tenías que buscar la información entre 26 tomos de enciclopedia o como cuando tenías que reservar el ordenador de la biblioteca porque en casa no había. Ya no vivimos en ninguno de esos mundos. Resulta que (hace unos cuántos años) no tengo por qué leerme el libro que me mandan desde el colegio porque alguien me ha hecho un resumen y me es suficiente. ¿Os suena?
Querido espectador, juguemos a un juego (la última vez que escuché eso no acababa bien…), quiero que adivines a qué se refiere nuestro personaje imaginario con este discurso:”… es una muy buena herramienta, nos ahorra mucho tiempo y nos facilita muchísimo el trabajo. Honestamente para mí hoy en día utilizar otra alternativa sería inviable. Hay gente a mi alrededor que me dice que es peligrosa o que como se hacía antes todo salía mejor, dicen que usar esto a la larga me va a hacer depender de ella y no saber hacer las cosas bien…”
Pues efectivamente…una máquina de escribir. El discurso previamente mencionado podría haber sido expresado por cualquier persona que entendió el valor de la innovación en el momento de tomar la decisión de qué herramienta usar y sobretodo, cómo usarla. Hoy en día a ningún periodista se le echa en cara utilizar el móvil para grabar audio o vídeo, redactar o tomar fotografías. Tiene una tecnología que le da una ventaja abismal con respecto a antes y la usa.
¿Entonces por qué lo hacemos con los jóvenes con herramientas como la IA o internet en el pasado cercano? Son los maestros los que tendrían que dominar los avances incluso antes que los alumnos, pero esto es mucho pedir y no es realista (al menos de forma continuada). ¿Es obligación del profesor cuidar de los métodos de sus alumnos? En mi opinión sí debería de serlo en las herramientas aplicadas a su ámbito. Cuidar los métodos no es decir “no uséis esto, es trampa”, es saber qué existe y cómo se puede usar por ambas partes para sus objetivos: enseñar y aprender.
Vivimos en un momento muy interesante en cuanto a la tecnología aplicada a la educación. Cuando internet avanzó se decía que “tienes toda la información al alcance de un click”, y es, aún a día de hoy totalmente cierto aunque se requiera de un trabajo subyacente de lectura, filtrado y análisis, además de la realización de los trabajos en sí por parte del estudiante. Ahora hemos dado un paso más con la IA. Ahora ya no sólo tengo la información que necesite cuando yo quiera, sino que tengo una herramienta que sabe más que todos mis profesores juntos, puedo pedirle que me resuelva los ejercicios, escriba por mí y si le damos tiempo hasta que se haga pasar por nosotros online con video y voz creíbles. Asumimos que todas las personas con un cuchillo van a ser criminales.
Para qué voy a escribir a papel y boli si tengo una máquina que me ayuda con esto. Pues bien, este símil no se entiende porque “ahora la máquina lo hace por ti”. Ese punto es precisamente el que tenemos que entender que no es así si lo planteamos de la siguiente forma: Ahora la máquina te va a dar lo que todo el mundo puede saber. Tu máquina de escribir te ha redactado la noticia, pero… ¿Qué valor tiene esto si todos los periodistas del mundo pueden obtener lo mismo? La evaluación debería ser modificada en base al valor añadido de la creación: creatividad o reflexiones propias que hagan que sea su tarea y no texto color “gris correcto” además de evaluar la comprensión y no la memoria de cada alumno, fomentar los intereses personales de cada uno bajo cada asignatura y lograr el objetivo final: aprender.
Este cambio de paradigma requiere de colaboración por parte de las instituciones y de los profesionales de la educación. Hay muchos métodos que pueden servirnos para conseguir estos objetivos como por ejemplo cualquier método de evaluación individual, trabajos basados en intereses personales o evaluación oral. Prohibir el uso de la tecnología es algo distópico y poner barreras absurdas para utilizarla es negarnos al progreso y desaprovechar el talento de los jóvenes.
Desde eStudents creemos que este cambio va a tardar en llegar y aplicarse, pero es precisamente desde fuera de las aulas desde donde queremos motivar y hacer que los estudiantes disfruten aprendiendo, que utilicen las herramientas de las que todos disfrutamos y descubran sus pasiones así como desarrollen su pensamiento crítico. En eStudents, profesionales y estudiantes colaboran utilizando todas sus herramientas alrededor mientras se marcan objetivos personalizados a cumplir.
Y tú, ¿Qué opinas? ¿Eres un profesional con ganas de innovar en el sector? ¿Eres un estudiante que se siente desmotivado o frustrado? ¿O quizás madre o padre de una criatura que forma parte del sistema educativo actual? Dinos qué piensas, te escuchamos y si te parece interesante nuestra propuesta únete ya a la fase de pruebas y únete a esta gran comunidad.